Los datos muestran que nueve de cada 10 empresas brasileñas son familiares y solo siete de cada 100 llegan a la tercera generación
En el mundo actual, la sucesión familiar en las empresas puede ser un tema complejo y delicado de tratar. La discusión puede implicar sentimientos, resentimientos, desinterés, falta de autonomía, presiones y altas expectativas por parte de los herederos y sucesores legales.
Según una encuesta realizada por la consultora PwC (PricewaterhouseCoopers), el 75% de las empresas familiares en Brasil cierran después de ser heredadas. Según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), nueve de cada 10 empresas del país son de propiedad familiar y el segmento muestra que solo siete de cada 100 empresas llegan a la tercera generación.
Para el especialista en negocios de la Universidad de Warwick (Inglaterra), Alberto Vargas, el fundador juega un papel crucial en la sucesión de la empresa. “Es responsable de crear una cultura corporativa sólida, fijar valores y principios, así como transmitir conocimientos y experiencia a sus sucesores. El heredero, por su parte, debe demostrar interés, dedicación y compromiso por aprender del fundador y asumir con responsabilidad la dirección de la empresa”, explica.
No tengo un sucesor, ¿ahora qué?
En los casos en que la empresa tiene un solo accionista y los herederos no quieren tomar el control, se pueden considerar algunas estrategias, como la sociedad. El modelo de negocio se puede utilizar como una forma eficaz de involucrar a los empleados de alto rendimiento en el cuidado del futuro de la organización.
Otra estrategia que se puede adoptar es la transferencia de la empresa a terceros. La acción, además de garantizar un retorno económico inmediato, también asegura la continuidad de las operaciones, ya que la falta de sucesión en las empresas familiares puede generar oportunidades para los emprendedores que deseen adquirir negocios consolidados.
La disponibilidad para la venta también puede garantizar la continuidad de la empresa y preservar el legado construido a lo largo de los años por el propietario.
Como último recurso, el cierre ordenado también puede ser una alternativa si no hay posibilidad de venta o continuidad. Por lo tanto, la organización puede optar por liquidar sus operaciones de manera ordenada mediante la liquidación de activos y el cumplimiento de sus obligaciones.
A pesar de las alternativas, Alberto Vargas destaca que las empresas individuales no deben esperar a meterse en problemas para empezar a pensar en la sucesión empresarial.
“Aunque no existe un ‘momento’ adecuado, es importante considerar la sucesión como una parte estratégica de la planificación a largo plazo. Esto le permite a la empresa preparar, identificar y desarrollar adecuadamente a los posibles sucesores, así como asegurar la continuidad del negocio”, concluye.
Sobre Alberto Vargas
Jorge Alberto Vargas se graduó en Master Business Administration en la Universidad de Warwick en Inglaterra. Tiene experiencia en gestión financiera, planificación, contabilidad, cumplimiento y desarrollo de equipos de alto rendimiento. Ya ha ayudado a varias empresas de diferentes tamaños a lograr objetivos de innovación, costos y crecimiento. Antes de mudarse a Brasil, trabajó en los mercados de México, Colombia, Venezuela y Perú, siempre tratando de entender las necesidades de las empresas y la realidad económica de cada país.
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