Nunca un presidente mexicano ha desacreditado tanto a las autoridades electorales. El estancamiento de Andrés Manuel López Obrador (“AMLO”) electrifica la campaña de mega-legislativas y elecciones locales previstas para el 6 de junio. “Simplemente ejerzo mi libertad de expresión”, insiste AMLO, acusado de haber violado su deber de confidencialidad por parte del Instituto Nacional Electoral (INE). El interesado informa “Parcialidad” del INE a favor de la oposición. Su “Hiperpresidencia”, que apunta a los contrapoderes, suscita clamor ante los riesgos, según sus críticos, de “Deriva autocrática”.
“Quieren evitar que mantengamos a la mayoría [au Congrès] “, AMLO repite, lamiendo “Una estrategia partidista” por la institución encargada de organizar y regular la votación más grande de la historia reciente del país. El 6 de junio, 93 millones de mexicanos están llamados a elegir candidatos para más de 20,000 mandatos, incluidos 500 diputados, 15 de las 31 gobernaciones y miles de oficinas locales en la mayoría de los 2,467 municipios del país.
En la mira de AMLO: las llamadas al orden del INE frente a sus ruedas de prensa diarias. Un rito mediático, instaurado por el mandatario desde su toma de posesión en diciembre de 2018, que acapara el debate político hasta los periódicos del día siguiente. El INE anunció el viernes 28 de mayo que había identificado “Notas de propaganda” durante 29 de sus 36 ruedas de prensa celebradas entre el 5 de abril, inicio oficial de la campaña, y el 20 de mayo. La Constitución mexicana prohíbe a los funcionarios electos en ejercicio tomar partido durante un proceso electoral.
La regla no va bien con el activismo del presidente, que pesa todo su peso en la campaña, mientras su Movimiento de Regeneración Nacional (Morena, izquierda) juega su mayoría en la Cámara de Diputados. Durante dos horas cada mañana, AMLO utiliza esta plataforma multimedia para elogiar los avances de su proyecto de transformación en México. Sin mencionar sus repetidos ataques a sus oponentes políticos, que describe cómo “conservadores”.
“Un ataque a la democracia”
La oposición está unida en una coalición que abarca todo el espectro político. La ex formación AMLO, el Partido Revolucionario Democrático (PRD, izquierda), también es parte de ella. Las encuestas aún dan la victoria a Morena, traída por la popularidad del presidente que supera el 60%.
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