Una enorme masa de algas se acerca al Caribe y México.
Este es el cinturón atlántico de Sargassum (Sargassum), que viaja todos los años desde África Occidental hasta el Golfo de México.
Este año, el montículo de algas tiene unos 8.800 kilómetros de largo y pesa 10 millones de toneladas.
La masa de Sargassum es tan grande que la única forma de ver todo el cinturón es desde el espacio.
“Casi todos los años tenemos una floración diferente a todo lo que hemos visto, más y más grande”, dice Brian Barnes, de la Universidad del Sur de Florida, EE. UU.
El sargazo es una “macroalga marrón que flota en la superficie del océano”, según el Laboratorio de Oceanografía Óptica de la Universidad.
Sin embargo, no es una “masa contigua”, explica Barnes.
La mancha de sargazo más pequeña que se ve en las imágenes de satélite tiene aproximadamente el tamaño de un campo de fútbol, aunque la más grande puede alcanzar hasta 2,5 kilómetros cuadrados.
De acuerdo con la Red de Monitoreo del Sargazo de Quintana Roo, en la península mexicana de Yucatán, donde se ubican Cancún, Playa del Carmen y Tulum, entre otros polos turísticos, este jueves solo cuatro de las 80 playas quedaron sin la masa de algas (16 /3 ), aunque solo 12 presentaron una cantidad “excesiva” de este material.
“Vimos un aumento en la cantidad (de sargazo) en la primera quincena de marzo. La mayoría de las capas de algas todavía están ingresando al Mar Caribe desde el este y continúan moviéndose hacia el oeste, donde llegarán a la costa mexicana en Yucatán”. algunas playas del Mar Caribe han recibido y seguirán recibiendo cantidades variables de algas marinas, pero no todas las experimentarán”, dice Chuanmin Hu, profesor de la Universidad del Sur de Florida.
“Se espera que el sargazo llegue al oriente de la Península de Yucatán (Belice y México) y a las playas de las Antillas Mayores y Menores. El tamaño y frecuencia de esta acumulación de sargazo en las costas podría aumentar en los próximos meses”, agrega. Barnes.
El sargazo es un material importante para la vida marina. Sin embargo, luego de 48 horas acumuladas en tierra firme, las algas comienzan a emitir toxinas, como el sulfuro de hidrógeno, que huelen a huevos podridos.
En términos ambientales, el sargazo “puede asfixiar los nidos de tortugas marinas en la playa” y liberar “cantidades de materia orgánica disuelta, que impactan los ambientes costeros y sus habitantes”, agrega Barnes.
Peor que el olor, el sulfuro de hidrógeno también causa dolores de cabeza, irritación de los ojos y malestar estomacal si está presente en grandes cantidades en el medio ambiente, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
Aún se está estudiando la razón exacta del crecimiento del sargazo.
Hu explica que las algas necesitan “luz solar, agua tibia y nutrientes de una variedad de fuentes” para crecer rápidamente. Incluso señala que el “cinturón alargado está formado por corrientes marinas y vientos superficiales”.
Un factor que contribuye, señala Barnes, podría ser la cuenca del Amazonas, que ha estado liberando más nitrógeno en los océanos. Este elemento sirve para fertilizar el sargazo.
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