Los altos niveles de contaminación en la ciudad de Chiang Mai, en el norte de Tailandia, y las provincias circundantes mantienen alejados a los turistas y los lugareños están alarmados. Este lunes, el gobierno pidió a los residentes que eviten las actividades al aire libre.
Durante varias semanas el mes pasado, la ciudad estuvo en lo más alto de la plataforma que recopila información sobre la calidad del aire en el mundo, la IQ Airel ranking mundial de mala calidad del aire, por delante de Lahore y Nueva Delhi.
Chiang Mai, conocida por sus paisajes montañosos, templos y cafés elegantes, recibió a 10,8 millones de visitantes en 2019 antes de la pandemia, pero las reservas de hoteles en la ciudad se han reducido al 45% de ocupación, confirmó el lunes a Reuters el presidente de la Asociación de Hoteles del Norte de Tailandia. Capítulo, Phunut Thanalaopanich.
Las tasas de ocupación turística están muy por debajo del 80-90% esperado antes del feriado del Año Nuevo tailandés de esta semana, conocido como Songkran. “El impacto en mi negocio… la gente no viene porque no puede ‘ver la vista'”, se queja Sunat Insao, de 53 años, vendedor ambulante.
Al abordar el deterioro de la calidad del aire en el norte, el Ministerio de Salud de Tailandia instó el lunes al público a evitar actividades al aire libre y usar máscaras que puedan filtrar partículas. Chang Mai, la tercera ciudad más grande de Tailandia, obtuvo una puntuación de 289 en el Índice de calidad del aire (AQI) IQAir en marzo, que mide el nivel de partículas finas inhalable en el aire.
Había bajado a 171 el lunes, pero aún era 19 veces el nivel recomendado por la Organización Mundial de la Salud. “Puedes sentir (el polvo) en tu cara… Me limpio la cara, miro la toalla y me doy cuenta de que está muy, muy sucia”, dijo Fernanda González, de 27 años, de visita desde México.
Las autoridades culparon a una combinación de incendios forestales y de cultivos en Tailandia y los países vecinos. El primer ministro tailandés, Prayuth Chan-ocha, dijo la semana pasada que estaba coordinando con Laos y Myanmar para reducir los puntos críticos fronterizos para detener la neblina transfronteriza.
En Chiang Mai, Pathsharasakon Po, de 36 años, dijo que estaba preocupada por el impacto de esta contaminación en su salud, alergias o incluso cáncer. “Está empeorando cada año”, señala Pathsharasakon.
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