2022 será un nuevo año de comienzo – Economía

En tres semanas, Estados Unidos será sede de la IX Cumbre de las Américas en Los Ángeles. A diferencia de esa primera reunión en Miami en 1994, ya no hay esfuerzos reales para unificar el continente a través del libre comercio. Ahora la atención se centra en una relación seria tras el interés muy limitado de Trump. Ni siquiera se molestó en asistir a la última reunión, en abril de 2018.

Pero ya hay quejas de los vecinos por la agenda limitada -sin grandes discusiones sobre inmigración, por ejemplo-, así como por la exclusión inicialmente prevista de Cuba, Venezuela y Nicaragua. México se quejó públicamente y luego Bolivia y Honduras hicieron lo mismo. E incluso el derechista Bolsonaro, enojado por las críticas anteriores de Biden, se ha mostrado reacio a asistir al evento.

Sin duda se intentará refutar las críticas. Es poco probable que esto resuelva la dualidad que se encuentra cada vez más en América Latina. Han surgido voces más radicales, que reflejan el deseo de una amplia participación estatal como un camino infalible para lograr con éxito un crecimiento económico mayor y más justo. Otras voces más conservadoras reclaman con entusiasmo la privatización como solución indiscutible a los déficits fiscales y de cuenta corriente, con menor preocupación por las desigualdades sociales.

Próximamente se realizarán elecciones importantes en Colombia, Brasil y Estados Unidos. ¿Revelarán los pasos hacia un centro mayor?

En Colombia, el líder de las encuestas para la segunda vuelta, que se realizará dentro de dos semanas, es Gustavo Preto, con cerca del 35% de las intenciones de voto; seguido de Fico Guiterrez, desde la derecha. Preto es un exmiembro del grupo guerrillero M-19, que se postuló sin éxito a la presidencia en 2018 con el ganador conservador, Iván Duque. En Estados Unidos, Trump ha hecho campaña habitualmente en las primarias republicanas en curso. Su apoyo fue más exitoso de lo que algunos habían anticipado.

En Brasil, el esfuerzo por crear una boleta presidencial sin Bolsonaro se ha debilitado considerablemente. No surgió ningún candidato central capaz de avanzar a la segunda vuelta. Por otro lado, Lula es visto como un ganador muy probable, más aún después de convencer a Geraldo Alckmin para postularse a la vicepresidencia. Bolsonaro, a pesar de las modestas ganancias de los últimos meses, se mantiene por detrás del PT. La calificación positiva de su gobierno del 35% está muy por debajo del resultado de su calificación negativa del 55%.

* ECONOMISTA Y CIENTÍFICO POLÍTICO, PROFESOR EMÉRITO EN LA UNIVERSIDAD DE COLUMBIA Y CALIFORNIA EN BERKELE

Nacho Manjarrez

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